El jamón ibérico y las paletillas son dos tipos de productos derivados del cerdo ibérico, una raza autóctona de la península ibérica. La principal diferencia entre ambos es la parte del animal de la que proceden: el jamón se hace con las patas traseras y las paletillas con las patas delanteras. Esta diferencia implica también otras características distintivas, como el tamaño, el peso, el tiempo de curación y el precio.

El jamón suele ser más grande y pesado que la paletilla, ya que la pata trasera tiene más carne y menos hueso. El peso medio de un jamón ibérico oscila entre 6 y 9 kilos, mientras que el de una paletilla ronda los 4 o 5 kilos. Esto hace que el jamón tenga un rendimiento mayor, es decir, que se pueda aprovechar más cantidad de carne por pieza.

El tiempo de curación también varía según el tipo de producto. El jamón necesita más tiempo para alcanzar su punto óptimo de sabor y textura, debido a su mayor tamaño y grasa. El proceso de curación puede durar entre 24 y 48 meses, dependiendo de la calidad del jamón y de las condiciones ambientales. La paletilla, en cambio, tiene un periodo de curación más corto, entre 18 y 24 meses.

Las paletillas de jamón Ibérico son un producto de alta calidad que se elabora con las extremidades anteriores del cerdo ibérico. Estas piezas se someten a un proceso de salazón, secado y curación que les confiere un sabor y una textura únicos. El jamón Ibérico se distingue por su veta de grasa infiltrada en la carne, que le aporta jugosidad y aroma. Las paletillas de jamón Ibérico son ideales para degustar en lonchas finas, acompañadas de pan, queso y vino.